divendres, 18 de gener del 2008

Més opinions sobre el teatre de Sagunt i el sr. Molines

Més opinions sobre el teatre de Sagunt i el sr. Molines

Escrito por: jpolinya el 18 Ene 2008 - URL Permanente

Publicat avui a Levante-emv, l'article de l'Emili Piera no té desperdici. El subratllats són meus.

Genuina ruina


EMILI PIERA


Entre la séptima y la novena década del siglo pasado, gente ociosa afectada por la efervescencia hormonal de la juventud -estricta o alargada- editamos revistas satíricas con el propósito de tocar las partes blandas de la gente tenida por respetable. Una de esas revistas era El Corcó, que editaba Vicent Ferri desde Sueca. La Audiencia provincial absolvió a Vicent Ferri de un supuesto delito de injurias graves (contra una concejala), pero le condenó por impreso clandestino. La sentencia sería revocada por otra del Supremo, en febrero del 82, tras un recurso promovido por Josep Lluís Albinyana.


Si invoco semejante arqueología judicial es porque el editor había depositado ejemplares de El Corcó en la Delegación de Cultura y hecho constar sus datos personales, circunstancia que descartaba el propósito de clandestinidad. Señas que debía conocer el responsable de la delegación, Juan Marco Molines, incansable paladín de la genuina ruina saguntina y he aquí cómo en este personaje se conecta el pasado más remoto y la actualidad más candente. No se distinguía don Juan por ampliar los espacios de disfrute de la libertad y, en eso, honraba una tradición de las viejas delegaciones de Información y Turismo que denunciaron a la revista Valencia Semanal por publicar unas fotos de Emmanuelle cuando ya se estaba proyectando la película en Valencia sin mayores problemas.


Es lo que tiene remover despojos: que te lo averiguan todo. Si tanto interés tenía el señor Marco Molines en preservar sus ruinas genuinas, que tenían de auténticas el resultado de sumar los dibujos realizados de memoria (cuando no imaginarios) por los viajeros románticas, las películas de romanos y una docena de restauraciones atropelladas y sin criterio, hubiera podido poner todo su empeño en conseguir una suspensión cautelar de la reforma de Grassi y Portaceli. Ha conseguido una sentencia que no satisface a nadie y que no devolverá nada.